Desde 1980 la firma suiza Corum viene desarrollando una de las líneas relojeras más llamativas, rompedoras y precisas que os encontraréis en el mercado. Una línea de tres piezas donde de manera disruptiva el mecanismo se encuentra anclado en un puente central, que va de punto a punto de la esfera; nos referimos a la familia Bridge. Un trío de precisión y diseño modernista que se corona con el Corum Golden Bridge, el buque insignia de la gama.
De fabricación artesanal, el Corum Golden Bridge pone en vuestra muñeca una pieza cuya caja ha sido fabricada en cerámica; un proceso al que pocos fabricantes se atreven a raíz de la extrema delicadeza de este material a la hora de ser procesado. El puente está desarrollado en oro rojo 5N de 18 kt, y además cuenta con delicados grabados en la superficie donde destacan el logo de la compañía alpina y los helechos de los bosques de La Chaux-de-Fonds, lugar de «nacimiento del reloj». Una máquina que a su vez se encuentra protegida por cuatro capas de cristal de zafiro, un componente que le permite una resistencia maestra contra rayones y golpes accidentales.
En su entramado mecánico nos encontramos con un movimiento baguette que parece flotar en la ingravidez del puente, que cuenta con un calibre CO313, exclusivo de la firma; y que además integra un volante de inercia variable y barriletes creados en exclusiva para el modelo; todo ello con el fin de que encajen con la línea visual. Por otra parte se ha creado un sistema propio de embrague de brida para evitar que los engranajes presenten incompatibilidades con la forma constructiva del conjunto. En cuanto a la correa nos encontramos con una cinta de aligator rematada por una hebilla de PVD negro.Sin lugar a dudas todo está pensado en esta pieza de alta precisión, lujo y ejemplo del buen hacer.