La esmeralda es una de las gemas más famosas del planeta, y también una de las más preciadas en el mundo de la joyería, ya que su presencia en una composición hace que ésta destaque de sobremanera.
Es más, su existencia en solitario en un colgante o en un anillo, convertirán esta joya en un símbolo. Pero eso sí, con buen significado, ya que esta piedra preciosa se asocia con con la buena suerte, con el bienestar y con la buena salud física y mental; algo en lo que quizá tenga que ver su vivo color verduzco, que recuerda profundamente a las tierras fértiles y a la naturaleza.
Su nombre proviene de las influencias francesas en el comercio atlántico de las gemas, y de hecho su nombre actual deriva del término galo “emeraude”, que básicamente significa “gema verde”. Pertenece a la familia de los berilos y está asociada con mayo, siendo la gema de los que nacen ese mes; además de con el 55 aniversario de bodas. ¿Qué mejor que una buena esmeralda en semejante aniversario? Y si es de Colombia, Brasil, Zambia o Zimbabue mejor, que son las más apreciadas de todas. Es más, de ahí proviene una de las esmeraldas más famosas del mundo, la “Mogul Esmeralda”, que con sus más de 217 quilates fue subastada en Christie´s por 2,2 millones de dólares en 2001. No obstante, a pesar de que pueda parecer increíble, existen piezas mucho más grandes, y además expuestas al publico en la colección del Banco de Bogotá
Ahora bien, a pesar de su firme aspecto, no es una gema muy resistente que digamos, ya que apenas alcanza un 6 en la escala de Moh´s; así que hay que tratarla con cuidado. Por ejemplo, a la hora de lavarlas hay que evitar los frotes duros y los vapores, ya que podrían degradar su superficie. Lo ideal sería una limpieza por ultrasonidos.
